sábado, 8 de noviembre de 2014

Reflexión primera semana.

La primera semana del periodo de prácticas ha sido, en gran parte, de observación y orientación.
A lo largo de ésta semana, he permanecido expectante y muy interesada en saber el funcionamiento de las clases y, también, muy interesada en conocer a los alumnos.
A lo largo del día, en las clases estoy sentada en la parte de atrás del aula, donde ayudo a dos alumnos con problemas a seguir el funcionamiento de la clase.
Esos dos alumnos son árabes, y el máximo problema que tienen es de lenguaje y comunicación.
Uno de ellos entiende perfectamente el español, pero su bajo rendimiento escolar hace que no siga el desarrollo de las clases al mismo tiempo que sus compañeros. Por eso, mi tutora habló conmigo para hacer que el niño se esforzara más, que copiara los esquemas de la pizarra e intentara seguir el mismo ritmo que sus compañeros.
El otro niño tiene más dificultades, ya que hace poco que llegó a España y no entiende el idioma español. Este niño está en clase de tercero, pero el nivel que posee no corresponde ni al de primero, ya que si no entiende el idioma se hace muy difícil la comunicación con él. Mi tutora me informó sobre este niño y me dijo que empezara con él desde el principio, enseñándole las vocales, consonantes... y así, podríamos conseguir que empezara a comprender el idioma y comenzara a leer español.
Y así ha sido esta semana, he comenzado enseñándole las vocales y el método que sigo con él es discriminación, le enseño la vocal correspondiente y, más tarde, hace una actividad de encontrar esa vocal en un texto y señalarla. Algo que admiro de este niño es, aún no entendiendo el idioma, las ganas que tiene de aprender tanto español como conocimientos relacionados con matemáticas, ciencias sociales....

El resto de la clase decir que tienen casi todos los alumnos el mismo ritmo. Mi tutora, antes de comenzar las clases, repasa lo que el día anterior se explicó y corrige los ejercicios mandados para hacer en casa.
Además, me informa que he llegado en "el mejor momento". Asegura que tercero es un paso muy complicado para los niños, ya que ellos llegan con unos hábitos muy diferentes del primer ciclo y a partir de tercero, deben cambiarlos todos para ser más autónomos. Me informa que el mes de septiembre y octubre ha tenido que habituar a los alumnos al cambio, ese cambio supone dejar de escribir en el libro y utilizar cuaderno, corregir en pizarra cada uno su ejercicio, dejar de lado el lápiz y comenzar a usar bolígrafo...

Además, algo que me ha llamado mucho la atención de mi tutora es que tiene todo muy organizado. A la hora de dar las clases, tiene multitud de esquemas que aporta a los niños y actividades complementarias.

Ha sido una buena semana, podría decir que he empezado bien y lo más importante, con muchas ganas de seguir!

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